Acaso resulte sobreabundante para quienes la conocieron y quisieron. Pero es difìcil sustraerse a la necesidad de escribir unas lìneas en recuerdo de esa querida amiga y militante, dirigente ejemplar del radicalismo porteño y que acabamos de perder tràgicamente. Me refiero, como es obvio a Dorita Martina.
Siempre admiramos en ella esa actitud visceral, ese compromiso femenino (no feminista), esa digna altivez, esa convicciòn profunda de los que recibieron buenas enseñanzas y por ende las prodigan dìa a dìa. No tenìa miedo de llamarse radical cuando muchos hicieron apostasìa explìcita del partido y la doctrina que los honrò o exaltò a diversas posiciones que les reportaron beneficios. Tampoco rehuyò nunca que le dijeran "antiperonista" o "gorila". Lo asumìa porque su certeza democràtica y republicana era tan fuerte que no podìa permitir que se tergiversara asì nomàs la historia y que los victimarios fuesen de pronto vìctimas. Y ella habìa vivido y sufrido al peronismo en su màs puro estado, ese que ahora vuelve asomar redivivo bajo nuevos ropajes que procuran encandilar entre tanta ignorancia. Fue concejal y legisladora por este centenario partido, al que honrò y siempre estuvo consustanciada con la causa de los desposeìdos, como soñara el fundador Leandro, y por eso su compromiso con los jubilados y la tercera edad. Y por eso sus homenajes a Hipòlito Yrigoyen en el recinto y la reposiciòn de la placa en el olvidado paraje del bajo autopista de Brasil al mil, adonde habìa habitado austeramente el Peludo. Cuando tanto pretendido radical desconoce u omite siquiera una referencia al legendario caudillo. Se nos fue inesperadamente Dorita cuando aùn tenìa mucho para darle a la Repùblica y al partido al que dedicò sus años jòvenes y maduros. Por el cariño que le guardamos quienes nos consideramos sus amigos no podemos olvidarla y debemos honrar su memoria concretando la reconstrucciòn de la U.C.R. que ella soñó para la restauraciòn de la autèntica repùblica democràtica.
Dr. Diego A. Barovero
1 comentario:
Nos agregamos a la tristeza de aver perdido una exelente amiga, honrada, humilde y de enorme corazon.
Alberto Martinez y Virginia Cozak la llevarán siempre en sus recuerdos.
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